Este es un claro ejemplo de lo que argumente Eco. Por un lado este signo no existe en sí, sino es necesario tener un conocimiento previo, una "base cultural" que nos permita identificarlo como un signo, en este caso un código que es decodificado de tal forma que al verlo sabemos perfectamente de lo que se trata.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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